martes, 28 de julio de 2015

JOEL. CAPÍTULO 4.

Juicio de las naciones (Mt 21,25-46).

41¡Atención!, en aquellos días,
en aquel momento,
cuando cambie la suerte de Judá y Jerusalén,
2reuniré a todas las naciones
y las haré bajar al valle de Josafat:
allí las juzgaré por sus delitos
contra mi pueblo y heredad;
porque dispersaron a Israel por las naciones,
3se repartieron mi tierra, se sortearon a mi pueblo,
cambiaban un macho por una ramera,
vendían una ramera por unos tragos de vino.
4También vosotros, Tiro, Sidón
y comarca filistea,
¿qué queréis de mí?. ¿queréis vengaros de mí?,
 ¿queréis que os las pague?
Pues muy pronto os daré vuestro merecido:
5porque me robasteis mi oro y mi plata,
llevasteis a vuestros templos
mis objetos preciosos;
6vendisteis los hijos de Judá y Jerusalén
a los griegos
para alejarlos de su territorio.
7Pues yo los sacaré del país donde los vendisteis,
haré recaer las paga sobre vosotros:
8venderé vuestros hijos e hijas a los judíos,
y ellos los venderán
al pueblo remoto de los sabeos
-lo ha dicho el Señor-.

2. Juicio militar (Is 13). 

9Pregonadlo a las naciones,
declarad la guerra santa, alistad soldados,
que vengan todos los combatientes;
10de los arados forjad espadas;
de las podaderas, lanzas;
diga el cobarde: Soy todo un soldado.
11Venid, pueblos todos vecinos, reuníos allí:
el Señor conducirá a sus guerreros.
12Alerta, vengan las naciones
al valle de Josafat,
que allí me sentaré a juzgar
a los pueblos vecinos.
13Mano a la hoz, madura está la mies:
venid y pisad, repleto está el lagar;
rebosan las cubas, porque abunda su maldad,
14turbas y más turbas.
en el valle de la Decisión;
porque llega el día del Señor
en el valle de la Decisión.
15Sol y luna se oscurecen,
los astros recogen su resplandor.
16El Señor rugirá desde Sión,
alzará la voz en Jerusalén
y temblarán cielo y tierra;
el Señor será refugio de su pueblo,
alcázar de los israelitas.
17Y sabréis que yo soy
el Señor, vuestro Dios,
que habito en Sión, mi monte santo;
Jerusalén será santa
y no la atravesarán extranjeros.

3. Restauración. 

18Aquel día los montes manarán licor,
los collados se desharán en leche,
las cañadas de Judá irán llenas de agua;
brotará un manantial en el templo del Señor
que engrosará el Torrente de las Acacias.
19Egipto se volverá desierto;
Edom, estepa desolada,
porque violentaron a los judíos
y derramaron sangre inocente en su país.
20Judá estará habitada siempre,
Jerusalén sin interrupción.
21Vengaré su sangre, no quedarán impunes,
y el Señor habitará en Sión.

Explicación.

4,1-3 Juicio de las naciones. Es poco diferenciado: se puede tomar como juicio del pleito de judíos con paganos, o como juicio criminal de delincuentes, o como pleito del Señor con los paganos, como parte ofendida, ya que se trata de su pueblo y heredad. Se ordena al "cambio de suerte" de Judá.

         Los juicios se solían celebrar a la puerta de la ciudad; pero no hay puerta ni egido que pueda contener a esa masa de encausados, por lo cual finge el autor un valle que lleva el nombre ominoso de Josafat = El Señor juzga. Como si dijera: en el valle del tribunal, de la audiencia del Señor, que es audiencia suprema y sin apelación.

         Comparados con otros (p. ej. Am 1-2) los cargos son sorprendentemente modestos: deportaciones, expropiaciones, abusos sexuales. Lo grave es que en el modo de tratar a los pobres judíos se decide el destino.

4,4-8 Un glosador añadió un juicio y condena de los vecinos de la costa, fenicios y filiesteos (¿serán nombres disimulados de los seléucidas?). Su delito es el comercio de esclavos judíos (cfr. 2 Re 5,2; 1 Mac 3,41), capturados, quizá en escaramuzas o en batallas, y vendidos ventajosamente a comerciantes griegos. El estilo de preguntas puede sugerir  que intentan justificar su conducta como venganza de vejaciones sufridas; en rigor, no los ha movido el afán de justicia, sino la codicia. El castigo implica rigurosamente la ley del talión, pero no tiene nada de escatológico.

       Claro de formulación y pobre de lenguaje, con cierta pasión y sin fantasía, el fragmento no ha sabido contagiarse del contexto. Queda como testimonio de una lectura histórica, que se agarró al nacionalismo de Joel exacerbándolo.

4,9-17 La leva militar precede al juicio y a la ejecución de la sentencia. Su desarrollo en escena, con voces directas y cambios de persona, dificulta la identificación de los personajes. Aleccionados por textos como Ez 38 y su antecedente, Is 14,25, leo el fragmento en clave irónica (cfr. Sal 2,2.4 y 37,13). El Señor despacha a sus mensajeros para que recluten naciones para una guerra santa, con el señuelo de grandes victorias. Las naciones responden a su codicia y ambición y son atraídas al valle fatídico donde se decidirá su suerte en una batalla o juicio. Grandes multitudes acuden, y entonces el Señor ordena a sus siervos de ejecutar la sentencia: nueva ironía final.

4,9 Sobre la guerra santa: Is 13,3; Jr 6,4; 22,7; 51,27s.

4,10 Invirtiendo los términos de Is 2,4 y Miq 4,3, la guerra suspende las tareas agrícolas.

4,11 La última frase es dudosa. Otra interpretación en paralelismo con 10b: "el pacífico se transforma en soldado". 

4,12 El juicio de algún modo ha precedido y no se desarrolla aquí.

4,13 Ejecución de la sentencia. En un salto de la fantasía el valle repleto de hombres se transforma en un valle cubierto de mieses maduras para la siega. Guerreros como espigas granadas que abatirá una hoz gigantesca. O se transforma en gigantesca tina de lagar, repleta de uvas, que unos pies estrujan sacándoles la sangre (Is 63,1-6).

4,14 Es el Valle de la Decisión o sentencia: Is 10,22s; 28,22.

4,15-16a La mención del "día del Señor" conduce a la visión de una teofanía dominada por las tinieblas estelares; en medio de las cuales retumba como un rugido el trueno o "voz del Señor".

4,16b La voz que espanta al universo puede ser reconocida como llamada que atrae al refugio.

4,17 La confesión plena incluye: el nombre Yhwh, el título "vuestro Dios", su morada "Sión". Siendo Jerusalén ciudad santa, por la presencia del Señor, no pueden entrar en ella extranjeros o profanos. La traducción "extranjero" de zar es de signo nacionalista; la traducción "profano" abre la puerta a quienes se consagren (cfr. Is 56).

4,18 Recogiendo el tema de Ez 47 anuncia la transformación de la naturaleza como signo de la nueva era. La tradicional "leche y miel" será entonces leche y licor (Am 9,13). Una fuente maravillosa en el templo suplirá a la lluvia y los manantiales (Dt 11,11 y 8,7).

4,19 El castigo de dos enemigos sirve de contraste. ¿Por qué ha seleccionado esos dos? Quizá por una razón histórica que desconocemos. O bien, Egipto por su papel histórico y Edom por su asonancia con sangre. Gn 4,12; Jl 3,17.

4,20-21 En la conclusión figura Judá (no Israel) con su capital, Jerusalén. El día del Señor ha inaugurado una era perpetua, y la clave es que él habita en Sión.

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